Sunday, January 14, 2007
Crónica de una gentil dama
San Cristóbal de La Habana ciudad legendaria, aguerrida, de ensoñación. Tu fundación se remonta al 16 de noviembre de 1519, para andar por el tiempo configurando una historia que recoge la desaparición de los primitivos habitantes de tu territorio, asedio de piratas y disputas entre los países colonizadores por poseerte.
Por tus empedradas calles caminó el mas insigne de los cubanos, el que naciera con una estrella fulgurante en la frente para iluminar los caminos de la libertad y columbrar al verdadero enemigo, el codicioso imperio del norte revuelto y brutal empecinado en adueñarse de La Capital de Todos los Cubanos, en un herrumbroso sueño que no podrá traspasar tu malecón.
Cuentan que José Martí te describió africana y española, acunadora de razas de distintas latitudes, que hallaron a tu abrigo, soberana de las azules aguas que te abrazan como si el mar te galanteara enamorado.
El tiempo ha dejado su huella en complicidad de quien ambicionándote trata de reducir a tus hijos al hambre, las enfermedades y que erosiona tus añejas calles y edificios, mientras que el coraje de tu pueblo culto y laborioso sigue rechazando la furibundas embestidas, mientras rehace tu gentil fachada, donde te simboliza para la eternidad La Giraldilla.
Déjame entonces convertirme en tu bardo para sentirte mía en la raiz cubana y canaria de esta décima:
La Habana es una doncella
Que salida de un vergel
Ofreció labios de miel
Al titilar de una estrella
Es la capital más bella
Que despierta en la mañana
Cuando la brisa temprana
Sueña un perfume de mar
Y el corazón sale a andar
Para enamorarte Habana
Por tus empedradas calles caminó el mas insigne de los cubanos, el que naciera con una estrella fulgurante en la frente para iluminar los caminos de la libertad y columbrar al verdadero enemigo, el codicioso imperio del norte revuelto y brutal empecinado en adueñarse de La Capital de Todos los Cubanos, en un herrumbroso sueño que no podrá traspasar tu malecón.
Cuentan que José Martí te describió africana y española, acunadora de razas de distintas latitudes, que hallaron a tu abrigo, soberana de las azules aguas que te abrazan como si el mar te galanteara enamorado.
El tiempo ha dejado su huella en complicidad de quien ambicionándote trata de reducir a tus hijos al hambre, las enfermedades y que erosiona tus añejas calles y edificios, mientras que el coraje de tu pueblo culto y laborioso sigue rechazando la furibundas embestidas, mientras rehace tu gentil fachada, donde te simboliza para la eternidad La Giraldilla.
Déjame entonces convertirme en tu bardo para sentirte mía en la raiz cubana y canaria de esta décima:
La Habana es una doncellaQue salida de un vergel
Ofreció labios de miel
Al titilar de una estrella
Es la capital más bella
Que despierta en la mañana
Cuando la brisa temprana
Sueña un perfume de mar
Y el corazón sale a andar
Para enamorarte Habana
